Los halls
o recibidores funcionan
como zonas de paso, es decir para recibir a los visitantes
como el propio nombre indica. De esta forma solucionamos al
mismo tiempo el problema de entrada a la vivienda al funcionara
como antesala.
Los reducidos espacios de los recibidores
son los lugares idóneos para el desarrollo de
un buen trabajo de decoración, teniendo en cuenta que
es la primera estancia que está a la vista (efecto
visual primero) de cualquier visitante.
El espacio de los
vestíbulos es pequeño pero al menos debe
poder albergar a tres personas en posición de conservación.
De esta forma el recibidor (vestíbulo)
cumple perfectamente su función de acogida preservando
la privacidad del resto de la casa.
Una forma creativa de aprovechar
el espacio es dar una sensación de amplitud mediante
el uso de espejos, así
como seleccionando los accesorios básicos confiriéndoles
un servicio práctico y funcional.
Se recomienda evitar perchas innecesarias
que al almacenar montones de ropa, congestionan el espacio
asignado a recibir.
Es necesario buscar los rincones
adecuados para la ubicación de los paragüeros.
Es necesario la presencia de alguna
pequeño pieza de
mueble auxiliar para colocar el teléfono y un
bloc de notas. También es interesante disponer de un
bonito banco o alguna silla
de un estilo apropiado dado la función de acogida que
persigue la estancia de recibidor
(vestíbulo).
Por último, el punto más
visible del recibidor, puede
ir aderezado con un arreglo floral
de tipo columnar y acoplado desde el suelo dentro de un recipiente
adecuado.
Es importante y fundamental dotar
al recibidor (hall) de una
buena
iluminación.
El recibidor es el encargado
de dar la primera impresión de la casa, por lo que
es conveniente iluminarlo de forma acogedora. Podemos disponer
de un punto de luz en el techo que funcione como centro de
luz general del hall. Para ello podemos utilizar un plaflond
halógeno que inunde de luz el recibidor o también
un conjunto de pequeños óculos halógenos
destelleantes que distribuya haces de luz vertical y oblicuamente.
También podemos utilizar luces puntuales aportadas
por lámparas de pie y de sobremesa.
En el recibidor
(antesala) es recomendable utilizar pinturas de tonalidades
suaves y claras para potenciar la sensación de amplitud
de la estancia. Los tonos pasteles, mostaza o amelocotonados
son algunas alternativas. |